jueves, 24 de junio de 2010

Es mundial!

Se usa, se estila en nuestros tiempos la expresión “es mundial!”. De esa forma, se hace referencia, irónicamente, a algo sorprendente, ilógico, imposible quizás. En nuestro país, entonces, el bicentenario… es mundial!, el mundial… es mundial!, Argentina…, Argentina es mundial!
Vivimos hoy una efervescencia patriótica fruto de dos acontecimientos cíclicos que tocaron (o manosearon) los corazones de los argentinos este año: bicentenario + mundial de fútbol. Cada cuatro años se exacerba hasta el infinito el sentimiento por nuestra camiseta (perdón, quise decir nuestra bandera) y se desata el frenesí colectivo. Si a eso le sumamos los 200 años… agarráte Catalina!. Dicho sea de paso, este año la Argentina cumple en realidad 194 años (9 de Julio de 1816), pero por las dudas festejemos ahora, no vaya a ser que los Mayas tengan razón, en el 2012 se vaya todo al tacho y para el 2016 no quede nada ni nadie.
Una imponente maratón televisiva de festejos “bicentenarios” encendió la llamita del fervor nacional, justo antes de que el ventarrón de la copa del mundo avivara y desparramara el fuego por todas partes. Y si digo “maratón televisiva de festejos” es, justamente, porque creo que no fue mucho más que eso. ¿Es realmente un festejo nacional tener 5 días desbordada de gente la 9 de Julio? (paradójico que la avenida se llame así) Lo nacional fue la transmisión, que no es lo mismo. Por TV se vio espectacular, sin dudas, pero no fue más que un “show” apuntado a conmover televidentes de todo el país, haciéndolos sentir parte de un festejo totalmente unitario. Unitario haciendo referencia a que fue en un lugar único. Se embarra el concepto si tenemos en cuenta que se desarrollaban otros festejos con otra bandería política a solo tres cuadras de allí, en el teatro Colón, aunque no vale la pena meternos en ese tema, o, mejor dicho, vale la pena reservarlo para otro posteo.  De todas formas, el unitarismo es un mal al que estamos tristemente acostumbrados: ya que de fútbol hablamos, basta con mencionar que el “clásico del sur” es Lanús-Banfield. Sin comentarios.
Al fin y al cabo, si el objetivo era despertar el amor propio en la gente, se logró ampliamente, con una manito del siempre oportuno mundial de fútbol. Así, en un arrojo patriótico, hoy todos tenemos banderitas colgadas de los balcones, en los autos, lucimos remeras celeste y blanco, nos emocionamos con el himno…; en fin, todos esos clichés dignos de patriotas grandilocuentes como los que vemos en películas yanki-bélicas. Pero, a todo ese circo de positividad, le antepondremos un signo negativo ni bien algún equipo ose eliminarnos por penales. “Del éxtasis a la agonía”, diría Bersuit. Y ahí vuelve todo a la normalidad: el bicentenario se transforma en mera estadística, el himno vuelve a despertarnos solo bostezos en los actos públicos, las banderitas las guardamos en esa caja en la que se guardan las cosas de uso cíclico (árbol de navidad, escarapelas, etc). Aquí no ha pasado nada. Hasta dentro de cuatro años! (o cien).
Emergen así, misteriosamente, los malditos temas de actualidad, reaparece la política, a la cual creíamos aplastada y muerta por una Jabulani gigante. Todo retorna. “Tenemos el gobierno que nos merecemos”, volverá a decir algún viejo en un bar. “También tenemos la selección que nos merecemos, ehh”, retrucará su fiel compañero de cartas, café y Legui, intentando así empapar de actualidad la ya gastada reflexión de su amigo. Nuestra vida es cíclica, es un vaivén, no cambiamos de dirección hasta que no llegamos a un extremo. Es mundial!
Y querramos o no, así somos. Como bien dijo el aplaudido Diegote: “no seré gris en mi vida”. Qué mejor síntesis del Ser argentino: determinante, tosco, ciclotímico, obstinado. Blanco/negro, River/Boca, Peronismo/Radicalismo, Derecha/Izquierda, bicentenario en el Colon/ bicentenario en el obelisco. Uffff!!! Empiezo a pensar que el no ser determinante y tajante es un don. Un don que no tenemos, claro está.
Welcome to Argentina!!! Estos dos meses son una mera muestra gratis de lo que la insensatez y el fanatismo desmedido pueden alcanzar. Pasen y vean, es mundial!