miércoles, 21 de diciembre de 2011

Un año de mundo remaining

Siempre pasa, es fija. Uno se empieza a desesperar cuando las cuentas regresivas llegan a sus unidades mínimas. Falta menos de un día para algo, menos de una hora para otra cosa, menos de un minuto para empatar el partido. Es etapa de desesperanza, allí se cae en la cuenta de que es inminente el acontecimiento. Y vaya acontecimiento si los hay… el mismísimo fin del mundo. Sépalo usted, lectora, lector, acaba de entrar en su último año de mundo, al menos tal cual lo conocemos. Y pese a ya estar anoticiado de ello, sigue leyendo este artículo vano. ¡Válgame!
Claro está, nos estamos tomando a pecho las predicciones de aborígenes que llevan 500 años extintos. ¿Está mal? No creo. En algo hay que creer, si no se pierde el faro propio del devenir de la vida. Por lo pronto, si se nos avecina el fin del mundo, organicemos un regio asado.