“Uhhh, ¡¡¡qué
loco!!!” Je, qué loco, ¿no? ¿Tan
loco? ¿Qué cosa? ¿De qué me hablan? Todo es loco, todos somos locos. ¿Qué queda
entonces para los que están realmente locos? Andá a saber, pobres. Pareciera
que nos adjudicamos descaradamente la locura de cabotaje que intentamos llevar
a cabo bajo el rótulo de “la gran locura”. Loco es solo aquel que no puede caer
en la cuenta ni siquiera de su estado, ¿estamos? Igual intentaré escribir “algo
loco”.
Así es, las cosas “locas” nos invaden, la psicodélia
nos absorbe. “Qué locoooo, qué flash chabón!!!”
¿De qué locura me hablan? Pararse cuatro pelos con gel, ponerse tatuajes y
piercings hasta en el occipucio, llevar los lienzos bajos, tachas y
colgajos, tener el lunfardo a la orden del
día. “Limado flashero, la re flasheaste
man, que copado, te re banco, aunque bardeas mal a full” ¿Ehhh? ¿Qué me
están queriendo decir?